Lejos de especulaciones y teorías ridículas, tales como la creencia de que seres de otros planetas ayudaron a concretar semejante obra arquitectónica a la perfección, científicos de la Universidad de Ámsterdam han descubierto recientemente cómo los egipcios consiguieron mover esta gran cantidad de piedras para construir las pirámides sin demasiados problemas.
A modo de ejemplo, la Gran Pirámide de Keops posee bloques que varían su peso entre dos y sesenta toneladas. Solo para esta obra, se necesitaron más de dos millones de bloques. Y justamente para transportarlas hasta el lugar de la construcción se utilizaba una losa a la que se ataba una cuerda a manera de "trineo", arrastrándola por zonas donde previamente se había humedecido la arena para permitir un mejor deslizamiento.
En las pruebas realizadas, los físicos crearon una versión de laboratorio de aquel trineo egipcio y lo colocaron en una bandeja de arena. De esta forma simple, se determinó tanto la fuerza de tracción requerida, así como la rigidez de la arena de acuerdo a la cantidad de agua en la arena. Los resultados mostraron que una cantidad correcta de humedad en estos terrenos reduce la fuerza de tracción requerida a la mitad.
Por otra parte, los expertos en arte y cultura egipcia aseguran que hay muchas posibilidades de que los egipcios estuvieran al tanto de este procedimiento. Ello se puede observar en una pintura de una de las paredes de la tumba de Djehutihotep, jefe de una de las regiones del Alto Egipto durante los reinados de Amenemhat II, Sesostris II y Sesostris III (1914-1852 a.C.) que retrata claramente a una persona parada en la parte delantera del trineo arrojando agua sobre la arena.
A modo de ejemplo, la Gran Pirámide de Keops posee bloques que varían su peso entre dos y sesenta toneladas. Solo para esta obra, se necesitaron más de dos millones de bloques. Y justamente para transportarlas hasta el lugar de la construcción se utilizaba una losa a la que se ataba una cuerda a manera de "trineo", arrastrándola por zonas donde previamente se había humedecido la arena para permitir un mejor deslizamiento.
Jeroglífico del Antiguo Egipto. |
En las pruebas realizadas, los físicos crearon una versión de laboratorio de aquel trineo egipcio y lo colocaron en una bandeja de arena. De esta forma simple, se determinó tanto la fuerza de tracción requerida, así como la rigidez de la arena de acuerdo a la cantidad de agua en la arena. Los resultados mostraron que una cantidad correcta de humedad en estos terrenos reduce la fuerza de tracción requerida a la mitad.
Por otra parte, los expertos en arte y cultura egipcia aseguran que hay muchas posibilidades de que los egipcios estuvieran al tanto de este procedimiento. Ello se puede observar en una pintura de una de las paredes de la tumba de Djehutihotep, jefe de una de las regiones del Alto Egipto durante los reinados de Amenemhat II, Sesostris II y Sesostris III (1914-1852 a.C.) que retrata claramente a una persona parada en la parte delantera del trineo arrojando agua sobre la arena.
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